Por los Editores de VenEconomía
Es pública y notoria la crisis económica, política y social que tiene en estado de crispación a los venezolanos, impulsada por unos gobernantes que están nadando en dirección diametralmente opuesta a la voluntad de millones de venezolanos.
Nicolás Maduro y su clan “revolucionario” insisten en proclamar que no hay vuelta atrás en el proyecto que dejó en marcha Hugo Chávez, a pesar de que los asesores de sus propias filas, como Heinz Dieterich, les están advirtiendo que “de no darse un viraje del actual modelo económico, los destinos del bolivarianismo están cerca de terminar, como la llamada IV República, lo que pudiera generar una crisis que tenga precio de sangre”.

Y no sólo es que no dan marcha atrás sino que se enfilan en arreciar el proyecto importado de la Cuba de Fidel, a punta de una ilegítima Ley Habilitante; órganos controladores y de censura, como el de la economía y el Cesppa; y ataques a medios y periodistas a quienes en pleno ejercicio de la profesión se les detiene, abren juicios sumarios, y hasta golpean y lesionan, como fue el caso de los reporteros gráficos del 2001 cuando cubrían la noticia, sobre una larga cola de consumidores en el Mercal de Fuerte Tiuna.
Incluso, ante la cercanía de las elecciones municipales, que se avizoran plebiscitarias, y el creciente consenso que se refleja en diferentes sondeos de opinión de responsabilizar al gobierno de Maduro del deterioro económico, la inseguridad, la corrupción y la falta de resultados, el oficialismo reanudó la táctica compra de votos a través del reparto, las dádivas de las misiones, y el chantaje a sus seguidores.
A la par de arreciar las amenazas, presiones y persecuciones contra los dirigentes de la oposición, como es el vilipendio y el escarnio público al que han sometido por todos los medios de comunicación del Estado y de afiches en las vías públicas a Henrique Capriles, Leopoldo López y María Corina Machado, y las sostenidas acusaciones sin pruebas de que la oposición está inserta en una guerra económica y preparando salidas no constitucionales.
Esto va en contrasentido a lo que piensa y desea mayoritariamente la ciudadanía, la cual cree en la democracia como “el sistema preferible a cualquier otra forma de gobierno, ya que la misma se fundamenta en los principios de: libertad, participación e igualdad”, tal como lo arroja el estudio “Gobernabilidad Democrática y Sociedad Civil en Venezuela: Nuevos marcos de actuación y agendas para la concertación social 2012-2016, realizado por el Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos (INVESP), el Centro de Desarrollo Integral Sucre (CEDISUC) y la Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar A. Romero”, con el apoyo de la Unión Europea.
Es precisamente hacia ese sentido que rema el sector democrático, sin amedrentarse, señalando las políticas que están hundiendo al país en un foso sin salida y, utilizando las herramientas de protesta que le da la Constitución, se mantiene en la vía electoral para rescatar espacios en los gobiernos municipales y buscar la restitución de la gobernabilidad del país.
Esto se evidencia en la campaña insistente para llamar al voto masivo, a la organización y, sobre todo, la participación como testigos y lo demás para la defensa del voto del 8 de diciembre, tres variables vitales para evitar que el abuso de poder y el ventajismo del oficialismo se impongan sobre la voluntad popular.
VenEconomía, empresa dedicada desde 1982 al estudio y análisis del acontecer nacional, es hoy día la principal casa editora de publicaciones especializadas en el ámbito de los negocios en Venezuela.
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